últimos días
0 Comentarios Escrito por david el martes, enero 03, 2006 a las 21:44 (Hora de Kazajstán/Almaty, UTC +6).El 24 de diciembre me levanté pronto ya que tenía que ir a la facultad y poner las notas a los alumnos de segundo. Además tenía que pasarme por la oficina que tramita los visados para recoger mi pasaporte, pero cuando llegué al departamento a las 9 de la mañana, la secretaria me entregó el pasaporte: visado con dos entradas hasta principios de julio.
Habíamos quedado a la doce en la estación de autobuses a las doce, pero Martha, Andrew (un americano que vive en Kentau, a tres horas de Shymkent) y yo nos retrasamos. A las doce y media salimos hacia Taraz (anteriormente llamada Zhambul) en un viaje en marshutka raro, en el buen sentido de la palabra. La furgoneta era cómoda, estuvimos hablando en inglés sin que a la gente le importara, sin electro-pop ruso/kazajo y sólo tardamos dos horas y media.
Para la cena, o comida tardía, porque era a las 17.00 horas, nos reunimos 10 personas. Todo estaba muy rico, a pesar de ser una cena vegetariana. Eche de menos el jamón, el marisco y la sopa de mi abuela, pero a cambio probé platos típicos americanos.
Después fuimos a comer los postres a casa de George, un americano muy divertido. Teníamos selección de tartas y diferente bebida. La gran atracción para los americanos fue la botella de Jack Daniel’s que trajo Andrew, pero a mi no me gusta el whisky, así que opté por el vino moldavo y el vodka ruso. La noche estuvo entretenida, pero yo sólo aguante hasta las cuatro porque estaba muy cansado.
A la mañana siguiente (día 25), nos levantamos tarde y luego vimos Christmas Vacation (típica película de Navidad con Chevy Chase haciendo el idiota, como siempre). Decidimos ir a comer a un restaurante turco y luego los demás americanos se fueron yendo a sus casas y nos quedamos los de Shymkent y George, ya que a las doce de la noche nos íbamos a Aralsk a ver el Mar Aral. Pasamos la tarde jugando a las cartas y luego fuimos para la estación. El tren llevaba algo de retraso y entre tanto un policía vino a pedirnos los pasaportes. Todo en orden. El tren llego y nos montamos. Teníamos ante nosotros 22 horas de viaje. Cuatro horas más tarde le tren llegó a Shymkent y se montó Tursinai, una kazaja que trabaja con Shain y que se había apuntado al viaje.
El viaje
El lunes 26 lo pasamos en el tren. Según transcurría el viaje, el paisaje se iba volviendo más blanco y frío. Ibamos hacía el norte y pasamos cerca de Baykonur. Por fin a las diez de la noche llegamos Aralsk y la noche era bastante fría. En la estación nos estaba esperando Karakoz, una mujer que trabaja para una ONG que intenta salvar el Mar Aral y un hombre que nos llevó hasta el hotel.
Las habitaciones no estaban mal pero no tenían ducha, por eso decidimos que lo mejor era ir a la sauna. Mi primera sauna en Kazajstán. Y después a la cama que el día siguiente era duro.
El martes 27 nos levantamos a las ocho y media y desayunamos en el hotel. A las nueve y algo apareció el conductor del jeep, nos montamos y nos dirigimos hacia el Mar Aral. La mañana era muy fría, y la ciudad parecía desierta. Aralsk fue en su día, hace 20 o 30 años, una ciudad costera, pero ahora el mar se encuentra a más de dos horas en jeep. Al principio había algo de niebla, pero luego pudimos admirar el paisaje. Es un paisaje desértico, casi lunar, con una gran llanura marrón, pero a la vez es maravilloso y conmovedor.
Atravesamos pueblos que se encontraban en la antigua superficie del mar, poblados por lo que una vez fueron pescadores que se habían negado a abandonar su profesión y seguían al Mar Aral según este desaparecía.
Atravesamos barcos varados en el medio de ninguna parte, en lo que una vez fue el mar y por fin, después de algo más de dos horas llegamos a la costa del Mar Aral del Norte (ya que en 1987 el Mar Aral se separó en dos). Hacía bastante frío, calculé que unos 15 grados bajo cero, pero no impidió que hiciéramos múltiples fotos del mar e incluso llegué a tocar el agua.
A la vuelta paramos junto a los barcos e hicimos muchas fotos. El conductor del jeep nos explicó que antes había muchos barcos pero ahora sólo quedaban alrededor de una decena.
Volvimos satisfechos a Aralsk, comimos y fuimos a la oficina de la ONG. Allí nos encontramos con unos jóvenes de la ciudad y estuvimos hablando con ellos. Nos hablaron de la ciudad, de los proyectos de la ONG y de su vida. Para la mayoría el futuro no estaba en Aralsk sino en otras ciudades como Kyzlorda o Aktobe (a 4 y 10 horas respectivamente).
A continuación volvimos al hotel y descansamos, nuestro viaje había terminado y esperamos hasta las tres de la madrugada, hora a la que cogíamos el tren de vuelta.
El miércoles 28 otra vez en el tren. Esta vez 18 eternas horas hasta Shymkent. Cuando llegamos a eso de las ocho y media. Shymkent estaba cambiado, lo habíamos dejado el sábado con sol y unos 10 grados sobre cero y ahora estaba nevado y con bastante frío.
El jueves 29 fue un día de los más completo. Me levante temprano y me pase por la facultad. Hacia frío y el suelo estaba helado. En el departamento me encontré con Sandie y le felicité por su cumpleaños. También desee un feliz año a los profesores y me fui para la oficina de correos. Tenía dos paquetes de mi familia. Gracias por la comida, sobre todo por el bacalao, ya que aquí no hay mucha posibilidad de comer buen pescado. Luego fui al “bazar” (mercado) a comprar entre otras cosas las uvas para Nochevieja. Regrese a casa, comí y después me fui a la peluquería. Llevaba tiempo queriéndome cortar el pelo pero no me había decidido. El resultado el mismo que en Miranda y unas seis veces más barato. Volví a casa y Martha me estaba esperando para ir a comprar el regalo para Sandie y después fuimos a un restaurante a celebrar el cumpleaños. El restaurante estaba a rebosar porque había una cena de empresa, pero nos estuvimos riéndonos toda la cena con los bailes de la gente, ya bastante alegres y eso que eran las siete. Y para terminar el día nos fuimos al cine a ver Goal, una película sobre fútbol, o soccer como lo llaman los americanos.
El viernes 30 estuve preparando un paquete para mandar a mi familia y ordenando la casa porque por la noche teníamos invitados. Luego a las tres y media, fui hasta la oficina de correos. Aunque según el horario trabajan hasta las cuatro, parece ser que ya era tarde para mandar el paquete, intenté en vano convencerles y me fui cabreado. Cuando regresé a casa, ya habían venido Anne y Ashli, unas americanas, y luego vino Andrew. Habían venido para ayudar a celebrar una fiesta para los jóvenes de Shymkent. Después de la fiesta volvimos a casa, Anne, Ashli y Andrew se quedaban a dormir en casa, y estuvimos viendo Кавказская Пленница (Kavkazkaya Plennitsa, comedía soviética que trata sobre el rapto de una jovén en el Caucaso, otro día hablaré de la tradición kazaja de robar/raptar mujeres) y estuvimos hablando y bebiendo o viceversa J
El último día del año, me levante pronto y fui a la oficina de correos, esta vez sí que mandé el paquete. Luego volví a casa. Nos organizamos para hacer las compras para la cena. Martha iba a preparar “French Onion Soup” y sopa de lentejas, Ashli, Anne y Andrew se ocupaban de las bebidas, Sandie de los entrantes, Shain de los postres, Michael, que vino a última hora, trajo algunas bebidas, y yo, me puse a preparar un par de platos: tomates rellenos de champiñones, gambas al ajillo y tempura de verduras. Era la primera vez que hacía tomates rellenos y tempura pero salieron bien, aunque la cocina quedó toda sucia. Para las gambas no tenía una cazuela de barro, así que las preparé en un cazo y tampoco tenía guindilla pero la sustituí por chili.
Cenamos, y a las doce llegó la hora de las uvas. Les expliqué a los americanos lo que había que hacer: yo con una cuchara y una tapa de una cazuela iba a dar las campanadas y todos a comer las doce uvas y parece que lo comprendieron. Pero luego les expliqué la diferencia entre los cuartos, las medias y las campanadas y se quedaron de piedra. Ensayamos y se rieron y por fin las uvas. Por primera vez en mucho tiempo, no pude comer las uvas a tiempo y es que era muy difícil dar las campanadas y comer las uvas. Luego seguimos bebiendo, habíamos pensado en salir a tomar algo, pero hacía frío y no quisimos.
El domingo fue un día tranquilo. Fui el último en levantarme pero por suerte me habían esperado y desayunamos todos juntos, luego estuvimos jugando al trivial. Después dimos un paseo. Esta es una foto de la Plaza Al-Farabi:
Luego íbamos a hacer una maratón de El Señor de los Anillos (Versión Extendida), pero lo pensamos mejor y por petición de las feminas, vimos a Viggo Mortensen en Hidalgo.
El lunes fue un día de despedidas. Anne, Ashli, Andrew y Michael se fueron. Martha y yo estuvimos recogiendo la casa. Año Nuevo es una buena época porque echan todas las típicas películas soviéticas, y aunque me he perdido unas cuantas, el lunes vimos Мимино (Mimino) sobre un piloto de helicóptero georgiano. Y luego nos pusimos a ver la versión extendida de El Retorno del Rey.
Y hoy martes he estado descansando todo el día.
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