De Гости
2 Comentarios Escrito por david el martes, febrero 06, 2007 a las 23:43 (Hora de Kazajstán/Almaty, UTC +6).Por fin algo de relax. Hoy he cenado en casa después de cinco días de cenas por ahí y visitas.
El martes pasado mi amiga Nursulú me llamó para salir a cenar con sus amigos, pero como estaba ocupado lo dejamos para el jueves.
El jueves quedamos para cenar. Estábamos Nursulú, un par de amigos suyos y yo. Ellos decidieron el lugar y fuimos a un restaurante llamado Texas, por la coña de que Shymkent es el Texas de Kazajstán y para mi sorpresa los camareros llevaban un sombrero de cowboy (WTF?!?).
Nursulú es una kazaja, nacida en Uzbekistán y sus amigos (Murod y Askar) son uzbecos, o al menos eso dicen, porque el árbol genealógico de uno de Murod muestra la diversidad de Asia Central: su abuelo paterno era uzbeco y su abuela paterna polaca, por eso decía que su padre era uzbeco, pero éste se casó con una kazaja, y Murod se considera uzbeco. Pero para hacerlo más difícil Murod está casado con una mujer de padre ucranio y madre rusa (o viceversa, eso no me quedó claro) y tienen dos hijos con nombres y rasgos claramente rusos...
Pues ahí estábamos, cenando unos shashliks de cerdo y bebiendo unas cervezas (¡Viva el Islam en Kazajstán!) y hablando de Uzbekistán, España y Kazajstán. Nos caimos muy bien, tanto que quedamos para el domingo para cenar otra vez.
El viernes y el sábado, otra vez de cena. El viernes con Jeff, un expat del petróleo y el sábado con una americanas que estaban en Shymkent dando unos cursillos y haciendo un taller para profesores. Los dos días me pedí cerdo, que se echa de menos...
El domingo Michael, que estuvo viviendo en Uzbekistán y ahora vive en Sayram (un pueblo de mayoria uzbeca al lado de Shymkent) y yo nos fuimos a casa de Askar. Participamos en la preparación del auténtico plov uzbeco: con zanahorias amarillas (en Uzbekistán suelen ser de ese color), garbanzos y pasas... Sin lugar de dudas fue el mejor plov que he comido en mi vida. Además, me alegré muchísimo por Askar y Murod, se dedican a la importación de muebles de Rusia y parece que las cosas les van muy bien, ya que el piso de Askar es uno de los más bonitos que he visto en Kazajstán, con buen estilo y sin la ostentosidad de la que presumen otros.
Y ayer, para comenzar bien la semana, mi compañero de piso y yo fuimos de cena a casa de su novia. Lo que parecía que iba a ser una cena normal (bueno, todo lo normal que puede ser para un kazajo, ya que para ellos cuando hay invitados significa una celebración mayor que para nosotros Navidad) terminó siendo una pedida de mano.
A mitad de la cena (es decir después de hora y media comiendo ensaladas y demás entrantes), mi compañero de piso pidió el consentimiento de la familia para casarse con su novia. En Kazajstán la pedida de mano (en realidad se regalan unos pendientes) es muy importante y según la tradición debe estar toda la familia por ambas partes, pero dadas las circunstancias yo era el único miembro por parte del novio. Lo interesante es que los padres no sabían nada, de ahí su sorpresa, pero finalmente dieron su visto bueno. Y todo fue una alegría con multitud de brindis (por suerte nada de vodka) y para rematar dos platos de beshbarmak (el plato típico kazajo a base de pasta y carne de caballo). Antes de empezar la cena y mientras nos lavábamos las manos, nos pesamos en una báscula de baño. Al terminar la cena, repetimos la operación y ¡¡¡había engordado dos kilos!!!
El martes pasado mi amiga Nursulú me llamó para salir a cenar con sus amigos, pero como estaba ocupado lo dejamos para el jueves.
El jueves quedamos para cenar. Estábamos Nursulú, un par de amigos suyos y yo. Ellos decidieron el lugar y fuimos a un restaurante llamado Texas, por la coña de que Shymkent es el Texas de Kazajstán y para mi sorpresa los camareros llevaban un sombrero de cowboy (WTF?!?).
Nursulú es una kazaja, nacida en Uzbekistán y sus amigos (Murod y Askar) son uzbecos, o al menos eso dicen, porque el árbol genealógico de uno de Murod muestra la diversidad de Asia Central: su abuelo paterno era uzbeco y su abuela paterna polaca, por eso decía que su padre era uzbeco, pero éste se casó con una kazaja, y Murod se considera uzbeco. Pero para hacerlo más difícil Murod está casado con una mujer de padre ucranio y madre rusa (o viceversa, eso no me quedó claro) y tienen dos hijos con nombres y rasgos claramente rusos...
Pues ahí estábamos, cenando unos shashliks de cerdo y bebiendo unas cervezas (¡Viva el Islam en Kazajstán!) y hablando de Uzbekistán, España y Kazajstán. Nos caimos muy bien, tanto que quedamos para el domingo para cenar otra vez.
El viernes y el sábado, otra vez de cena. El viernes con Jeff, un expat del petróleo y el sábado con una americanas que estaban en Shymkent dando unos cursillos y haciendo un taller para profesores. Los dos días me pedí cerdo, que se echa de menos...
El domingo Michael, que estuvo viviendo en Uzbekistán y ahora vive en Sayram (un pueblo de mayoria uzbeca al lado de Shymkent) y yo nos fuimos a casa de Askar. Participamos en la preparación del auténtico plov uzbeco: con zanahorias amarillas (en Uzbekistán suelen ser de ese color), garbanzos y pasas... Sin lugar de dudas fue el mejor plov que he comido en mi vida. Además, me alegré muchísimo por Askar y Murod, se dedican a la importación de muebles de Rusia y parece que las cosas les van muy bien, ya que el piso de Askar es uno de los más bonitos que he visto en Kazajstán, con buen estilo y sin la ostentosidad de la que presumen otros.
Y ayer, para comenzar bien la semana, mi compañero de piso y yo fuimos de cena a casa de su novia. Lo que parecía que iba a ser una cena normal (bueno, todo lo normal que puede ser para un kazajo, ya que para ellos cuando hay invitados significa una celebración mayor que para nosotros Navidad) terminó siendo una pedida de mano.
A mitad de la cena (es decir después de hora y media comiendo ensaladas y demás entrantes), mi compañero de piso pidió el consentimiento de la familia para casarse con su novia. En Kazajstán la pedida de mano (en realidad se regalan unos pendientes) es muy importante y según la tradición debe estar toda la familia por ambas partes, pero dadas las circunstancias yo era el único miembro por parte del novio. Lo interesante es que los padres no sabían nada, de ahí su sorpresa, pero finalmente dieron su visto bueno. Y todo fue una alegría con multitud de brindis (por suerte nada de vodka) y para rematar dos platos de beshbarmak (el plato típico kazajo a base de pasta y carne de caballo). Antes de empezar la cena y mientras nos lavábamos las manos, nos pesamos en una báscula de baño. Al terminar la cena, repetimos la operación y ¡¡¡había engordado dos kilos!!!
Muy interesante. ¿Por qué hay población uzbeka cerca de Shymkent? Me gustaría conocer como son las relaciones entre diferentes pueblos.
Saludos y sigo leyéndote.
Plov con garbanzos? Yo estoy acostumbrado a comerlo con grecha, y está como dios... pero tiene que tener su puntillo el elemento garbancil. De toda formas, aquí en Rusia, el plov uzbeko no creo que pudiera ni concebirse con algo que no fuera grecha... aunque si de pedir a alguien el matrimonio se trata... ;)))