Ska
4 Comentarios Escrito por david el lunes, febrero 26, 2007 a las 18:01 (Hora de Kazajstán/Almaty, UTC +6).La semana pasada fue la del “ska” o más concretamente la de tres “esca...”:
1. Escaparate
El martes pasado tuvo lugar en mi facultad una jornada de puertas abiertas. No es otra cosa que una especie de escaparate, donde se congrega a los alumnos de último curso (el equivalente de 2º de Bachillerato en España) de varias escuelas y se les habla de las “maravillas” de nuestra facultad. El tiempo es oro y en nuestra facultad (ahora que estamos unidos a especialidades de arte , música, historia, etc.) hay muchos departamentos, por eso cada uno tiene que desplegar la artilleria, mostrar todas las bazas, y frente a un grupo de adolescentes nuestra jefa prefirió sacar a los guiris, es decir, a Elisabeth (la americana que trabaja conmigo) y a mí, en vez de veteranos y consumados profesores...
Al ser este mi segundo año, no me pilló de improvisto y sabía lo que había que hacer, pero la pobre Elisabeth estaba confundida. Entonces, le expliqué mi teoría:
¿Por qué una universidad estatal tiene que montar estos bochornosos espectáculos si supuestamente está suvencionada por el Ministerio? Pues sencillamente porque en Kazajstán es tan fácil montar una universidad/centro universitario, como un puesto de pipas, por eso en Shymkent hay más de treinta (SÍ, 30) centros universitarios de diversa clase. En este país la Universidad de CCC o la de Planeta de Agostini estarían valoradísimas...
Así que la competencia es brutal y la única salida es el escaparate...
2. Escándalo
Ya conté en septiembre el escándalo de la infección del virus de VIH a varias decenas de niños. Desde entonces el número de infectados ha ido creciendo y en este momento se situa en 93 niños, de los cuales 8 ya han muerto, y 12 madres. Depués de una restructuración de toda la cúpula de sanidad y de la salida del akim (presidente) de la región, hace un par de meses empezó el juicio. En el banquillo de los acusados 21 personas, la mayoría médicos y enfermeras, ninguna de ellas admitiendo culpa alguna, todas ellas tirando balones fuera...
El pasado miércoles la BBC publicaba un interesante artículo al respecto.
3. Escapada
Anteayer, el sábado, Shain me preguntó si me apetecía ir a Otrar al día siguiente. ¿Por qué no?, respondí yo. Bueno... la verdad es que había multitud de posibles razones para rechazar un viaje así.
Imagina que estás en Madrid y te proponen ir a pasar el domingo a Atapuerca. Para ello tienes que ir a la estación de autobuses, coger un autobús hasta Burgos con las consiguientes dos horas, más o menos, de viaje, y después coger un taxi que, en una media hora, te llevará hasta Atapuerca. La mayoría de la gente en su sano juicio optaría por quedarse en casa, pero no estamos en Madrid, sino en Shymkent y el plan me parecía bastante cuerdo.
A eso de las 11 salimos de casa, Shain, su (ya) prometida Tursynai, el pequeño Adilet y yo. Primero media hora en un abarrotado autobús urbano hasta el nuevo bazar y la nueva estación de autobuses, era la primera vez que estábamos allí y nos sorprendió la organización. Después encontramos la marshutka hasta el pueblo de Shauldir pero nos tocó esperar.
Lo mismo que escribía el magnífico Ryszard Kapuscinski en Ébano, se aplica en esta parte del mundo. Después de una larga espera y de dos horas y algo en una marshutka con embriagador olor a diesel, pudimos bajarnos en Shauldir a eso de las dos y media.
El día estaba de lo más triste con un cielo nublado y con pintas de una próxima lluvia. Esto no nos desalentó, tampoco el comentario del conductor de marshutka cuando nos dijo que sólo quedaban dos marshutkas de vuelta a Shymkent y que cuando se llenarán, si no habíamos regresado, estaríamos en manos de los ávidos taxistas cuando su presa se trata de extranjeros...
Compartimos el taxi con una anciana que regresaba a casa y cuando el taxista nos dejo en la puerta de entrada, convenimos que regresara a buscarnos en 45 minutos.
Ahí estábamos en la puerta de entrada a las ruinas de la antigua ciudad de Otrar, ciudad de paso en la Ruta de la Seda y donde, en el siglo XIII, el governador de la ciudad decidió matar a unos 450 mongoles enviados por Gengis Kan (o Chinguiz Khan, como lo llaman por aquí), desencadenado la furia de éste y cambiando parte de la historia de Asia Central y Europa.
En este histórico lugar, patrimonio de la UNESCO, una simple verja y una pequeña garita de guarda, donde no había nadie, eran las únicas formas de conservación. Abrimos la puerta que no tenía candado alguno y andamos a nuestras anchas por la zona. Con gran imaginación comprendimos que lo que teníamos ante nosotros no era una colina sino la antigua muralla aún sin excavar, después vimos dos pequeños asentamientos y lo que una vez fue una gran mezquita y los puestos de defensa. Cerca de la salida estaban las antiguas termas...
1. Escaparate
El martes pasado tuvo lugar en mi facultad una jornada de puertas abiertas. No es otra cosa que una especie de escaparate, donde se congrega a los alumnos de último curso (el equivalente de 2º de Bachillerato en España) de varias escuelas y se les habla de las “maravillas” de nuestra facultad. El tiempo es oro y en nuestra facultad (ahora que estamos unidos a especialidades de arte , música, historia, etc.) hay muchos departamentos, por eso cada uno tiene que desplegar la artilleria, mostrar todas las bazas, y frente a un grupo de adolescentes nuestra jefa prefirió sacar a los guiris, es decir, a Elisabeth (la americana que trabaja conmigo) y a mí, en vez de veteranos y consumados profesores...
Al ser este mi segundo año, no me pilló de improvisto y sabía lo que había que hacer, pero la pobre Elisabeth estaba confundida. Entonces, le expliqué mi teoría:
¿Por qué una universidad estatal tiene que montar estos bochornosos espectáculos si supuestamente está suvencionada por el Ministerio? Pues sencillamente porque en Kazajstán es tan fácil montar una universidad/centro universitario, como un puesto de pipas, por eso en Shymkent hay más de treinta (SÍ, 30) centros universitarios de diversa clase. En este país la Universidad de CCC o la de Planeta de Agostini estarían valoradísimas...
Así que la competencia es brutal y la única salida es el escaparate...
2. Escándalo
Ya conté en septiembre el escándalo de la infección del virus de VIH a varias decenas de niños. Desde entonces el número de infectados ha ido creciendo y en este momento se situa en 93 niños, de los cuales 8 ya han muerto, y 12 madres. Depués de una restructuración de toda la cúpula de sanidad y de la salida del akim (presidente) de la región, hace un par de meses empezó el juicio. En el banquillo de los acusados 21 personas, la mayoría médicos y enfermeras, ninguna de ellas admitiendo culpa alguna, todas ellas tirando balones fuera...
El pasado miércoles la BBC publicaba un interesante artículo al respecto.
3. Escapada
Anteayer, el sábado, Shain me preguntó si me apetecía ir a Otrar al día siguiente. ¿Por qué no?, respondí yo. Bueno... la verdad es que había multitud de posibles razones para rechazar un viaje así.
Imagina que estás en Madrid y te proponen ir a pasar el domingo a Atapuerca. Para ello tienes que ir a la estación de autobuses, coger un autobús hasta Burgos con las consiguientes dos horas, más o menos, de viaje, y después coger un taxi que, en una media hora, te llevará hasta Atapuerca. La mayoría de la gente en su sano juicio optaría por quedarse en casa, pero no estamos en Madrid, sino en Shymkent y el plan me parecía bastante cuerdo.
A eso de las 11 salimos de casa, Shain, su (ya) prometida Tursynai, el pequeño Adilet y yo. Primero media hora en un abarrotado autobús urbano hasta el nuevo bazar y la nueva estación de autobuses, era la primera vez que estábamos allí y nos sorprendió la organización. Después encontramos la marshutka hasta el pueblo de Shauldir pero nos tocó esperar.
Nos subimos al autobús y ocupamos asientos. En este momento puede producirse una colisión entre dos culturas, un choque, un conflicto. Esto sucederá si el pasajero es un forastero que no conoce África. Alguien así empezará a removerse en el asiento, a mirar en todas direcciones y a preguntar: “¿Cuándo arrancará el autobús?” “¿Cómo que cuándo”, le contestará, asombrado, el conductor, “cuando se reúna tanta gente que lo llene todo”
Lo mismo que escribía el magnífico Ryszard Kapuscinski en Ébano, se aplica en esta parte del mundo. Después de una larga espera y de dos horas y algo en una marshutka con embriagador olor a diesel, pudimos bajarnos en Shauldir a eso de las dos y media.
El día estaba de lo más triste con un cielo nublado y con pintas de una próxima lluvia. Esto no nos desalentó, tampoco el comentario del conductor de marshutka cuando nos dijo que sólo quedaban dos marshutkas de vuelta a Shymkent y que cuando se llenarán, si no habíamos regresado, estaríamos en manos de los ávidos taxistas cuando su presa se trata de extranjeros...
Compartimos el taxi con una anciana que regresaba a casa y cuando el taxista nos dejo en la puerta de entrada, convenimos que regresara a buscarnos en 45 minutos.
Ahí estábamos en la puerta de entrada a las ruinas de la antigua ciudad de Otrar, ciudad de paso en la Ruta de la Seda y donde, en el siglo XIII, el governador de la ciudad decidió matar a unos 450 mongoles enviados por Gengis Kan (o Chinguiz Khan, como lo llaman por aquí), desencadenado la furia de éste y cambiando parte de la historia de Asia Central y Europa.
En este histórico lugar, patrimonio de la UNESCO, una simple verja y una pequeña garita de guarda, donde no había nadie, eran las únicas formas de conservación. Abrimos la puerta que no tenía candado alguno y andamos a nuestras anchas por la zona. Con gran imaginación comprendimos que lo que teníamos ante nosotros no era una colina sino la antigua muralla aún sin excavar, después vimos dos pequeños asentamientos y lo que una vez fue una gran mezquita y los puestos de defensa. Cerca de la salida estaban las antiguas termas...
Teníamos que irnos y pensábamos que el viaje había valido la pena, pero también teníamos un sentimiento de frustración: ¿Por que nadie se interesaba por las ruinas? ¿Por qué en una ciudad que había abarcado más de 20 hectareas se habían excavado apenas una milésima parte? Y con estas dudas y con la promesa de volver cuando el tiempo acompañe, cogimos la última marshutka para Shymkent.
P.D.: ¡Cómo se nota el tiempo libre y las últimas lecturas en español (oh, español, aunque sea traducido) de La Deshonra Rusa de Anna Politkovskaya y Ébano de Ryszard Kapuscinski! No hay nada mejor para mejorar la redacción.
hola david!!
joer!! que cosas pasan por allí!! y luego me dices que te cuente algo... uh!! si mi vida es "bastante" monótona...
un besote!
belencia
Hola David me ha gustado mucho los articulos que he leido, realmente impresionantes, me encantaria conocer ese pais, por que no nos explicas de que manera se puede ir, tema de seguridad ,pasaportes, etc, lo mas cerca que estuve de ahi fue en Turquia, y en Polonia, ah tema de idioma tambien
Bueno un saludo desde Asturias
Hola David.
Se te ha colado un goVernador.
Que envidia me das... lo que daría por irme de este país tan civilizado como Escocia (con sus grifos separados) por volver a la madre Rusia o Kazakstan....