Invitado en Almaty e invitados en Shymkent
1 Comentarios Escrito por david el miércoles, enero 25, 2006 a las 21:50 (Hora de Kazajstán/Almaty, UTC +6).Casi dos semanas desde mi último post. Perdonad, pero en este tiempo han pasado muchas cosas y he tenido poco tiempo para actualizar el blog.
Os había dejado con nieve y la situación no ha cambiado. En Shymkent no hace mucho frío, lo que no sé si es bueno o malo porque hoy no ha parado de nevar.
El miércoles de la semana pasada me fui a Almaty para renovar el lectorado. A eso de las 6 llegué a la estación y estaba con el tiempo justo para encontrar mi vagón. Los trenes tienen unos 20 vagones y por lo tanto muchísimos compartimentos. Encontré mi vagón y me subí. Pero, como tengo muy mala suerte me tocó en el mismo compartimento en el que viajaba un americano.
El problema no es que fuera americano sino que es un misionero que había conocido en septiembre en una reunión en la facultad. Él y una compañera de su “organización” querían tener unas charlas con los estudiantes para hablar en inglés. Sin embargo, utilizaban la facultad como centro de captación y luego invitaban a los estudiantes a picnics para hablar con ellos sobre religión. Cuando la jefa de nuestro departamento se enteró, tuvo una charla (a gritos) con ellos y no volvieron a aparecer por la facultad.
El americano viajaba con un kazajo y una kazaja a una reunión de jóvenes protestantes. Nada más llegar y después de mi sorpresa, comenzó un interrogatorio sobre mi religión, mis aficiones, lo que hago en Shymkent, mis planes de futuro, etc. etc. etc.
Llegué a Almaty el jueves por la mañana después del peculiar viaje. Me fui para la Embajada de España y preparé todos los documentos para permanecer otro año en Shymkent. Luego estuve dando una vuelta por la ciudad. Estuve en el Ramstor, un supermercado con productos de todo el mundo, donde compré cosas que son difíciles de encontrar por Shymkent: mantequilla de cacahuete, Maple syrup y Pancake Syrup (estos eran pedidos de Martha, que este sábado celebra su cumpleaños con una cena-desayuno), tahini (para preparar humus), y lo que pensaba que era couscous y resultó ser cebada picada.
A las seis y algo, me encontré con Emilio, un español que trabaja en Alamty en la TALGO y que estuvo por Shymkent. Me quedé en su maravillosa casa. Por la noche estuve cenando con otros españoles de TALGO y dio la casualidad de que nos juntamos tres mirandeses en Almaty: Oscar, que trabaja en TALGO, su novia, que había venido a visitarle (el jueves de madrugada regresaba para España) y yo. De vuelta a casa, estuvimos viendo Torrente 3. ¡Viva la piratería y viva Torrente!
El viernes Emilio ejerció de guía por la ciudad y me estuvo enseñando la ciudad. Quedamos para comer con Almudena, la lectora de la AECI en Almaty. Estuvo muy bien poder desahogarme hablando sobre la enseñanza de español, manuales, problemas de los alumnos y demás. Luego Emilio nos llevó a otro supermercado y compré más productos: lentejas, autentico couscous, algas coreanas y wasabi. Por la tarde, estuve descansando, viendo el canal internacional de TVE, la MTV rusa y unos capítulos de Los Simpsons. Por la noche nos juntamos bastantes españoles y estuvimos, primero en un pub irlandés con música en directo y después, los más fiesteros en una discoteca.
El sábado nos fuimos unos cuantos españoles a Baraholka, un mercado donde se puede comprar de todo. Los que no estaban preparados para las frías temperaturas se compraron cazadoras de Gore-Tex y guantes a precios ridículos. Luego nos fuimos a comer a un restaurante uzbeco y a descansar. Y por la noche tuve la suerte de asistir a un íntimo banquete de boda con motivo del matrimonio de un español que trabaja en TALGO con una kazaja. Gracias a todos porque me sentí como en casa.
El domingo estuve descansando, luego me despedí de todos y a eso de las tres de la tarde cogí el tren de vuelta para Shymkent. Llegué a Shymkent a eso de las cuatro y media de la madrugada y me mantuve despierto como pude porque tenía clases a las ocho y media. Sin saber muy buen en que día estaba, tuve tres clases y a la una y media regresé a casa y me fui directo a la cama.
El teléfono me despertó, eran las seis y medía y Sandie necesitaba ayuda para llevar unas cosas a su nuevo piso. La mudanza de Sandie necesitaría otro post entero, pero lo resumiré diciendo que sus vecinos le estaban robando la electricidad y no aguantaba la indiferencia de la casera (presuntamente también en el ajo). Cuando nos encontramos, Sandie me contó que tenía que encontrarse con un holandés que se iba a quedar a dormir en su casa. La explicación es que Sandie está apuntada a la página de Couch Surfing, donde gente ofrece su sofá a viajeros que necesiten un lugar donde dormir. Me apunté a conocer al holandés. En el piso de Sandie, mientras nos tomábamos unas cervezas y nos mostraba unas fotos, Joost (este es su nombre) nos contó su viaje. En junio salió de Holanda y desde entonces está viajando. Estuvo viajando por Europa, luego llegó a Estambul y se quedó unos cuantos meses y desde allí, Iran, Turkmenistán, Uzbekistán y ahora Kazajstán.
Ayer, martes, otra sorpresa. Nuevos invitados. Una pareja de voluntarios de Peace Corps en Mongolia están de vacaciones por Kazajstán y ayer vinieron de visita a Shymkent. Aprovechando que teníamos nuevos invitados, Martha organizó un tour por Shymkent. Y por la noche fuimos a cenar a un restaurante turco. Después estuvimos viendo fotos de Mongolia. A finales de febrero tendré unas breves vacaciones y estoy pensando a donde ir. Había descartado Xinjiang y Mongolia por los visados, por el frío y porque se necesita mucho tiempo, aunque ahora me lo estoy pensando de nuevo. Sin embargo, creo que acabaré yendo a Kirguistán. Porque está muy cerca y el visado es fácil de conseguir.
P.D. Siento no poner más fotos. De mi viaje a Almaty tengo el asombroso número de 3 fotos. Con el frío no apetece ponerse a hacer fotos.
Os había dejado con nieve y la situación no ha cambiado. En Shymkent no hace mucho frío, lo que no sé si es bueno o malo porque hoy no ha parado de nevar.
El miércoles de la semana pasada me fui a Almaty para renovar el lectorado. A eso de las 6 llegué a la estación y estaba con el tiempo justo para encontrar mi vagón. Los trenes tienen unos 20 vagones y por lo tanto muchísimos compartimentos. Encontré mi vagón y me subí. Pero, como tengo muy mala suerte me tocó en el mismo compartimento en el que viajaba un americano.
El problema no es que fuera americano sino que es un misionero que había conocido en septiembre en una reunión en la facultad. Él y una compañera de su “organización” querían tener unas charlas con los estudiantes para hablar en inglés. Sin embargo, utilizaban la facultad como centro de captación y luego invitaban a los estudiantes a picnics para hablar con ellos sobre religión. Cuando la jefa de nuestro departamento se enteró, tuvo una charla (a gritos) con ellos y no volvieron a aparecer por la facultad.
El americano viajaba con un kazajo y una kazaja a una reunión de jóvenes protestantes. Nada más llegar y después de mi sorpresa, comenzó un interrogatorio sobre mi religión, mis aficiones, lo que hago en Shymkent, mis planes de futuro, etc. etc. etc.
Llegué a Almaty el jueves por la mañana después del peculiar viaje. Me fui para la Embajada de España y preparé todos los documentos para permanecer otro año en Shymkent. Luego estuve dando una vuelta por la ciudad. Estuve en el Ramstor, un supermercado con productos de todo el mundo, donde compré cosas que son difíciles de encontrar por Shymkent: mantequilla de cacahuete, Maple syrup y Pancake Syrup (estos eran pedidos de Martha, que este sábado celebra su cumpleaños con una cena-desayuno), tahini (para preparar humus), y lo que pensaba que era couscous y resultó ser cebada picada.
A las seis y algo, me encontré con Emilio, un español que trabaja en Alamty en la TALGO y que estuvo por Shymkent. Me quedé en su maravillosa casa. Por la noche estuve cenando con otros españoles de TALGO y dio la casualidad de que nos juntamos tres mirandeses en Almaty: Oscar, que trabaja en TALGO, su novia, que había venido a visitarle (el jueves de madrugada regresaba para España) y yo. De vuelta a casa, estuvimos viendo Torrente 3. ¡Viva la piratería y viva Torrente!
El viernes Emilio ejerció de guía por la ciudad y me estuvo enseñando la ciudad. Quedamos para comer con Almudena, la lectora de la AECI en Almaty. Estuvo muy bien poder desahogarme hablando sobre la enseñanza de español, manuales, problemas de los alumnos y demás. Luego Emilio nos llevó a otro supermercado y compré más productos: lentejas, autentico couscous, algas coreanas y wasabi. Por la tarde, estuve descansando, viendo el canal internacional de TVE, la MTV rusa y unos capítulos de Los Simpsons. Por la noche nos juntamos bastantes españoles y estuvimos, primero en un pub irlandés con música en directo y después, los más fiesteros en una discoteca.
El sábado nos fuimos unos cuantos españoles a Baraholka, un mercado donde se puede comprar de todo. Los que no estaban preparados para las frías temperaturas se compraron cazadoras de Gore-Tex y guantes a precios ridículos. Luego nos fuimos a comer a un restaurante uzbeco y a descansar. Y por la noche tuve la suerte de asistir a un íntimo banquete de boda con motivo del matrimonio de un español que trabaja en TALGO con una kazaja. Gracias a todos porque me sentí como en casa.
El domingo estuve descansando, luego me despedí de todos y a eso de las tres de la tarde cogí el tren de vuelta para Shymkent. Llegué a Shymkent a eso de las cuatro y media de la madrugada y me mantuve despierto como pude porque tenía clases a las ocho y media. Sin saber muy buen en que día estaba, tuve tres clases y a la una y media regresé a casa y me fui directo a la cama.
El teléfono me despertó, eran las seis y medía y Sandie necesitaba ayuda para llevar unas cosas a su nuevo piso. La mudanza de Sandie necesitaría otro post entero, pero lo resumiré diciendo que sus vecinos le estaban robando la electricidad y no aguantaba la indiferencia de la casera (presuntamente también en el ajo). Cuando nos encontramos, Sandie me contó que tenía que encontrarse con un holandés que se iba a quedar a dormir en su casa. La explicación es que Sandie está apuntada a la página de Couch Surfing, donde gente ofrece su sofá a viajeros que necesiten un lugar donde dormir. Me apunté a conocer al holandés. En el piso de Sandie, mientras nos tomábamos unas cervezas y nos mostraba unas fotos, Joost (este es su nombre) nos contó su viaje. En junio salió de Holanda y desde entonces está viajando. Estuvo viajando por Europa, luego llegó a Estambul y se quedó unos cuantos meses y desde allí, Iran, Turkmenistán, Uzbekistán y ahora Kazajstán.
Ayer, martes, otra sorpresa. Nuevos invitados. Una pareja de voluntarios de Peace Corps en Mongolia están de vacaciones por Kazajstán y ayer vinieron de visita a Shymkent. Aprovechando que teníamos nuevos invitados, Martha organizó un tour por Shymkent. Y por la noche fuimos a cenar a un restaurante turco. Después estuvimos viendo fotos de Mongolia. A finales de febrero tendré unas breves vacaciones y estoy pensando a donde ir. Había descartado Xinjiang y Mongolia por los visados, por el frío y porque se necesita mucho tiempo, aunque ahora me lo estoy pensando de nuevo. Sin embargo, creo que acabaré yendo a Kirguistán. Porque está muy cerca y el visado es fácil de conseguir.
P.D. Siento no poner más fotos. De mi viaje a Almaty tengo el asombroso número de 3 fotos. Con el frío no apetece ponerse a hacer fotos.
HOLA DAVID¡¡ SOY GABRIEL , HERMANO DE ALMUDENA,LA LECTORA ESPAÑOLA DE LA AECI DE ALMATY. TE FELICITO POR EL BLOG.ES UNA VENTANA A ESE MUNDO DESCONOCIDO LLAMADO ASIA CENTRAL.GRACIAS¡¡¡¡¡¡